miércoles, 15 de julio de 2015

VENTAS EN UNA ECONOMÍA DISRUPTIVA

Se habla constantemente que la forma de hacer negocios cambió, que el auge y apropiación de las tecnologías de la información, sumadas a la globalización de mercados y al cambio en los hábitos de consumo de los clientes potenciales, nos deben mover a hacer las cosas de manera diferente.

Como dice Isra García (www.isragarcia.es), experto en mercadeo . " Si quieres que algo suceda, crea cambio cada día".  A lo que nos invita la disrupción es precisamente a romper todos los esquemas preconcebidos.  Cada vez es más difícil predecir el futuro basado en el pasado. Lo que ayer funcionó, hoy no funciona.  

Es necesario apelar a lo que llamaría "intuición consciente". Es decir que debemos hacer caso a nuestro olfato, a nuestro pálpito,  pero confrontando siempre algunos datos que conocemos o preceptos básicos que nunca cambiarán por más disrupción que exista. Algunos de estos preceptos son:  Altas rentabilidades  van asociadas a altas inversiones y altos riesgos,  las emociones mueven el mundo y sus acciones, un cliente satisfecho trae más clientes, siempre debe cumplirse la promesa de valor,  los clientes buscan calidad, cumplimiento y tiempos de entrega óptimos, etc, etc.

Si analizamos lo anterior, el sofisma de distracción de que todo cambió, podría llevarnos a enloquecernos, perder el foco y  tratar de volcar todas las acciones hacia el marketing digital y las redes sociales.  Realmente lo que sucede es que cada vez hay más formas de llegar al cliente y vender nuestros productos, pero tanto lo que motiva al cliente para comprar nuestro producto, como lo que espera al final de hacer la adquisición, no ha tenido cambios en muchos años.

Finalmente podemos concluir que debemos estar muy atentos a los cambios y ver en que forma impactan nuestro negocio, núnca parar de crear ni generar cambios que generen valor a nuestro modelo de negocio  y estar atentos a como se mueve la compentencia y la demanda de lo que actualmente vendemos.